El domingo 21 de mayo se celebró la 57 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales bajo el lema “Hablar con el corazón, en la verdad y en el amor”. Con esta Jornada, la Iglesia recuerda la importancia de los medios de comunicación para la labor evangelizadora, algo que san Daniel Comboni sabía perfectamente y que quiso inculcar a sus misioneros.
Por Enrique Bayo
Daniel Comboni estudió en el Instituto Mazza de Verona, en el noreste de Italia. Por este centro educativo solían pasar misioneros venidos de lejanas tierras que contaban a los estudiantes sus aventuras y fatigas al anunciar el Evangelio. Comboni recuerda en sus escritos la fuerte impresión que le causó el testimonio del P. Angelo Vinco, un misionero venido de África que relató la penuria espiritual en la que vivían tantas personas en aquel continente. Desde entonces, en el corazón del pequeño Daniel empezó a arder el deseo de consagrarse a las misiones africanas.
Y así fue. En 1857, con tan solo 26 años, Daniel Comboni viajó por primera vez a África formando parte de una expedición misionera organizada por el Instituto Mazza. Partiendo de El Cairo, se internaron en el continente navegando por el río Nilo y posteriormente a lomos de camellos hasta llegar a Jartum y a otros lugares de Sudán. Todo era nuevo y fascinante para el joven misionero, que aprovechaba cada pausa del camino para tomar pluma y papel y describir con detalle lo que veía y sentía: los paisajes, el calor sofocante, los atardeceres y los animales salvajes, pero sobre todo para hablar de las gentes a las que se encontraba, con las que intentaba comunicarse y a las que empezaba a amar con todo su corazón.
Animación misionera
Las fiebres hicieron mella en aquella primera expedición. Algunos misioneros murieron y Comboni tuvo que regresar a Europa antes de lo previsto, enfermo y cansado, pero no desilusionado, porque viajaría al continente otras siete veces. Hasta su muerte en Jartum a los 50 años de edad, nunca dejó de hablar y escribir sobre la Misión con el objetivo de dar a conocer el continente e involucrar a la Iglesia de su tiempo en un gran movimiento misionero que pudiera llevar el Evangelio a todos los rincones de África. Sabía perfectamente que solo se ama lo que se conoce y él quería suscitar oraciones, ayudas económicas y vocaciones en Europa para lograr su objetivo.
Su vida fue un ir y venir de África a Europa. Visitaba las misiones y regresaba al viejo continente en un servicio de animación misionera que entusiasmaba a jóvenes y adultos a través de su testimonio. Para llegar todavía más lejos, en 1872 fundó en Verona la revista bimensual misionera Annali della Associazione del Buon Pastore, que es el antecedente histórico de Nigrizia, la actual revista misionera comboniana de Italia.
En aquella mitad del siglo XIX empezaban a aparecer las primeras cámaras de fotos. Eran unos inmensos cajetones muy rudimentarios que hacían impresiones en blanco y negro con una resolución muy pobre, pero Comboni pensó que era una buena oportunidad para mostrar imágenes de las misiones africanas. Compró uno de aquellos armatostes y lo envío a Sudán. Desgraciadamente, la barcaza que llevaba la cámara se hundió en el Nilo y nunca llegó a su destino, pero la intención de Comboni era clara: hacer entrar la misión también por los ojos y no solo a través de los oídos y la lectura.

Sus herederos
Los Misioneros Combonianos hemos heredado de Comboni la importancia de los medios de comunicación y allí donde vamos los usamos al servicio de la Misión, para «hablar con el corazón, en la verdad y en el amor», como reza el lema de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año. En esta era de Internet, los Misioneros Combonianos estamos presentes en muchas páginas webs, blogs y redes sociales, y en algunos países producimos programas para la radio y la televisión. Con todo, seguimos creyendo muchísimo en las publicaciones impresas: revistas, libros, calendarios, boletines informativos, etc. Los Misioneros Combonianos editamos actualmente 24 revistas en todo el mundo, una de las cuales es tu revista AGUILUCHOS. Por continentes se editan 10 en Europa, ocho en América, cinco en África y una en Asia. Cada revista tiene su estilo, su lengua y sus peculiaridades, pero todas incluyen testimonios misioneros y hablan directa o indirectamente de la Misión.
África
Las primeras publicaciones combonianas nacieron en Europa porque la idea era hablar de la Misión a los europeos que eran quienes tenían las vocaciones y los recursos económicos, pero poco a poco las Iglesias africanas se fueron fortaleciendo y se hizo evidente que había que animar misioneramente a los cristianos africanos. Poco a poco, cuando la presencia de misioneros combonianos fue creciendo en América y Asia, también allí se fundaron publicaciones.
Con respecto a África, la revista más antigua es Vida Nova, fundada en Nampula (Mozambique) en 1960. Curiosamente, no la fundaron los Combonianos, sino los Misioneros de la Boa Nova, aunque muy pronto pasó a ser administrada por nuestra congregación y hoy tiene una tirada mensual de 14.000 ejemplares. Es, además, la única revista católica impresa y distribuida a nivel nacional.
La siguiente fue Leadership, una revista en lengua inglesa fundada en Kampala (Uganda) en el año 1962 con el objetivo específico de ayudar en la formación de los catequistas. Hoy tira 3.000 ejemplares cada dos meses.
En 1990 nacieron otras dos publicaciones bimensuales en lengua inglesa: Worldwide en Pretoria (Sudáfrica), dirigida actualmente por el misionero comboniano español P. Rafael Armada, y New People, en Nairobi (Kenia). Mientras Worldwide distribuye sus 3.000 ejemplares solo en Sudáfrica, las 5.000 revistas de New People se distribuye en diversos países africanos de lengua inglesa donde estamos presentes los misioneros combonianos.
La última en nacer hasta ahora ha sido Afriquespoir, que este año celebra sus bodas de plata. Se edita en Kinshasa (RDC) y también es distribuida en otros países africanos de lengua francesa con presencia comboniana.

Formación
Para poder llevar adelante tantas publicaciones y compromisos en medios de comunicación hacen falta personas formadas, por eso regularmente algunos misioneros combonianos estudian Periodismo y Comunicación Digital. No obstante, todos los combonianos, herederos del gran animador misionero que fue san Daniel Comboni, saben que tienen que hablar y escribir sobre la Misión, por eso suelen estar abiertos a redactar pequeños textos, enviar fotos o dejarse entrevistar para que sus testimonios, al circular a través de los medios de comunicación, pueda seguir entusiasmando a otras personas que apoyan la Misión orando, dando o dándose.