Nelson Mandela

Icono de la lucha por los derechos humanos

Texto: África González
Ilustración: Eduardo Bastos

Quizás sea el africano más conocido de la Historia y uno de los líderes políticos, activistas y defensores de los derechos humanos más admirados y reconocidos por todo el mundo. Lidér del Congreso Nacional Africano, Mandela estuvo en la cárcel durante 27 años. Excarcelado en 1991, tres años después fue elegido primer presidente negro de Sudáfrica en las primeras elecciones democráticas. Hoy se ha convertido en el símbolo de la comunidad negra a nivel mundial. En el año décimo aniversario de su muerte, he aquí nuestro homenaje.

Nacido en una familia xhosa, descendiente de la casa real tembu, fue el primer negro en estudiar Derecho en la Universidad de Fort Hare y después en Witwatersrand. Tras terminar sus estudios, en los años 50 del siglo pasado, abrió en Johannesburgo el primer bufete de abogados negros junto con su amigo Oliver Thambo. Fue uno de los padres fundadores del Congreso Nacional Africano, un partido que  luchaba contra el sistema institucionalizado del racismo, conocido como apartheid, que  significa separación en afrikaans. Este régimen establecía, por ley, el desarrollo por separado de blancos y negros en los barrios y ciudades; un régimen donde los negros —la mayoría de la población— no tenían los mismos derechos que la minoría blanca, que ostentaba el poder político y económico. 

El apartheid estuvo en vigor durante más de cuatro décadas y fue posible acabar con él gracias a personas que, como Nelson Mandela, dedicaron su vida a demostrar lo absurdo e injusto que era. Su lucha le llevó a ser condenado a cadena perpetua. Mandela estuvo encarcelado durante 27 años. Cuando fue liberado, en 1991, el embargo económico a Sudáfrica, las sanciones internacionales al injusto régimen que estaban ahogando la economía del país, y la presión internacional obligaron al presidente Frederick de Clerk a derogar las leyes del apartheid y convocar las primeras elecciones democráticas y libres, en las que se cumplía algo tan básico como «un hombre, un voto».

Mandela, que ya se había convertido en un auténtico icono de la lucha por la libertad y los derechos civiles de los negros, se presentó a las elecciones de abril de 1994 y ganó con una amplia mayoría, convirtiéndose en el primer negro en presidir un Gobierno en Sudáfrica. 

Pero la grandeza de Mandela como presidente fue que, lejos de llamar a la venganza y azuzar la revancha, animó a sus compatriotas a construir entre todos la Sudáfrica del arcoíris; la Sudáfrica de todas las etnias y creó, con la ayuda de otro grande ya reseñado aquí, Mons. Desmond Tutu, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, para restañar las heridas y conocer los crímenes que se cometieron en la oscura etapa del apartheid 

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