HOLA AMIGOS:
Enrique Bayo

PAZ

En nuestra portada aparece una palabra de solo tres letras que es un tesoro precioso para el corazón humano: PAZ. Esta escrita en un cartel que sostienen dos extraños personajillos que identificaréis cuando leáis el «Cuento con África» de la revista (pp. 48-51). En este relato, Jan Muza nos enseña que, desgraciadamente en muchas ocasiones, es suficiente un pequeño mal gesto —aparentemente sin importancia— para desencadenar un proceso que termina con la PAZ y la armonía.

A menudo vivimos en conflicto con otras personas, incluso con familiares y amigos, por asuntos muy pequeños que hemos dejado crecer y crecer, hasta que nos enfrentan o alejan. Como el caso de aquellos dos buenos amigos que dejaron de hablarse porque uno de ellos aparcó su coche sobre el césped del jardín del otro.

Si miramos ahora a nuestro mundo, sabemos que se cuentan con los dedos de la mano los periodos de PAZ que ha conocido la humanidad, porque la mayor parte de la historia es una serie de guerras ininterrumpidas. También aquí los desencuentros iniciales entre los países y pueblos fueron creciendo y creciendo hasta producir desastres y sembrar muerte y destrucción, como hemos visto en Ucrania y como ocurre siempre en todas las guerras. Si leéis con atención el testimonio de nuestro compañero el P. Ramón Navarro (pp. 28-33) os daréis cuenta de cómo la guerra que vive Etiopía está afectando la vida de la gente en Harowato, aunque la zona de conflicto esté muy lejos de allí.

¿Quién puede detener la espiral de la violencia para que reine la PAZ? Jesús nos invitó a no responder al mal con el mal, a no resistir al violento y a poner la otra mejilla si somos agredidos. Ese es el dificilísimo camino de la PAZ. Así lo vivió Jesús toda su vida hasta morir en cruz, por eso es el Príncipe de la PAZ. Solo Él puede darnos el don de la PAZ.